predilecto con el que crea una especie de pastiche electropical de loops acústicos
y guapachosos con letras que abordan desde temas místicos, calurosos y de
violencia, hasta cuestiones personales sobre sus decepciones amorosas y
relaciones conflictivas; otros días –o noches, mejor dicho– invoca a Tony Gallardo
II, un sinvergüenza technostar que se apodera de su personalidad extrovertida para
dominar el escenario con letras sencillas pero inteligentes, una especie de crítica
generacional que aplica a los vaivenes de su vida y que convierte en himnos del
dancefloor hechos en casa.
– J.Zertuche