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En un lugar donde la sal flota en el aire nací. Era invierno, podría estar húmedo y para variar mucho mucho frío.
Del de allá, el que se cala por los huesos hasta que duele. Era el segundo hijo y el primero masculino. Al parecer el único que en mi rama perduraría el apellido (como si fuera de importancia). Las familias eran especialmente y ruidosas. Recuerdos con alegría tener tantos primos con los que jugar. También, recuerdo que en lo de mis abuelos había un órgano eléctrico. Pero más sensual era la guitarra que vivía escondida en el armario. Nunca he contado esto, pero esperaba que mis abuelos se fuera a la siesta para poder acercarme a ella y admirarla. Hoy comprendo que mi alma ya sabía que había nacido músico ...