Las hermanas de Iesu Communio se sienten llamadas a ser existencia y presencia orante
que lleva en sus entrañas el «tengo sed» del Esposo.
Se sienten llamadas a vivir en la comunión de Jesús, a ser templo donde se custodia la presencia del Dios vivo, donde se celebra la fiesta de la salvación, donde se desea y se hace desear la santidad como plenitud del hombre; casa con entrañas de Eucaristía,
donde se vive del misterio del Pan partido y de la Sangre derramada por la vida del mundo, para que ninguno se pierda, que todos conozcan el don de Dios.